Destacan el trabajo de coproducción en “El supremo manuscrito”

Jorge Díaz de Bedoya, el director de “Luna de cigarras” (2014), una de las películas más vistas en la historia cinematográfica de Paraguay, ha unido su talento al del joven realizador Michael Kovich Jr. para llevar a la gran pantalla un fascinante thriller doblemente literario. Se trata de “El supremo manuscrito“, un largometraje que ambos directores paraguayos estrenaron en el vecino país el pasado 10 de octubre y que es una coproducción con Argentina (Productora de la Tierra) y México, con el apoyo de Ibermedia (Convocatoria 2017).
En este sentido, el jefe de Producción de la película, Juan Ferreira, integrante de la Productora de la Tierra (cooperativa de trabajo que tiene sede en Oberá, Misiones, y se expande hacia el norte), hizo hincapié en el trabajo de coproducción con el país vecino y contó que “la película nos llegó a nosotros a partir de un contacto con los directores Jorge Díaz de Bedoya, Michael Kovich Jr. y el productor Nicolás Merens que se acercaron a la Productora, nos presentaron el proyecto y nos ofrecieron participar como co-productores. En la Productora tenemos un equipo técnico bastante nutrido y equipamiento necesario, por lo que estuvimos en condiciones de sumarnos al rodaje de la película con bastantes recursos técnicos y humanos”, puntualizó.
En tanto, el integrante de la Productora misionera señaló que tuvieron una participación predominante en el rodaje, “nuestro aporte y compromiso fue para esa etapa en la que aportamos equipo técnico, algunas cabezas de área y equipamientos (cámara, luces, vehículos, etc.). Los coproductores de México también hicieron su parte con lo que es arte y foquista, al igual que los de Paraguay, que son los productores principales. Nos convocaron y nos solicitaron de acuerdo a lo que nosotros podíamos aportar”, mencionó quien también trabajó en la producción de la película “El Plan Divino”, dirigida por Víctor Laplace, próxima a estrenarse.
Además de Ferreira como jefe de Producción, desde la Productora de la Tierra trabajaron también en “El supremo manuscrito”, Lucía Alcain como continuista, Julio Noguera en el equipo de arte, Iñaki Echeberría fue el director de Fotografía. Estuvieron trabajando en el scouting, la preproducción y el rodaje, con un total de ocho semanas de trabajo. La post producción se llevó adelante en Paraguay y la finalización técnica en Buenos Aires.
Yo, el supremo
Díaz de Bedoya escribió el guion con Javier Viveros y emprendió la codirección con el paraguayo estadounidense Kovich Jr., que dirigió Opus Vr (2017), miniserie filmada con la tecnología 360°. La trama está inspirada en un cuento del escritor Blas Brítez y tiene como punto de partida el robo inesperado del original de “Yo el Supremo”, el clásico de las letras paraguayas de Augusto Roa Bastos. En ese contexto, los personajes se ven involucrados en situaciones de riesgo extremo y en una investigación para hallar el manuscrito más valioso de la literatura paraguaya.
“Es una película de ficción que habla de la relación entre el dueño del manuscrito, que es un coleccionista muy poderoso y entre los temas que se abordan tienen que ver cómo se hicieron muchas piezas históricas y su relación con la dictadura de (Alfredo) Stroessner. Como se daban las relaciones de poder en ese momento”, relató Ferreira. “Para poder hacer la película hubo una investigación sobre un montón de piezas que actualmente están en museos y en la ficción, justamente, se encuentra este hombre más poderoso con ex compañeros que tenía en el Ejército. Hay un entrecruce de muchas historias previas que se van a ir descubriendo a lo largo de la película como es el caso de las criadas de chicos que nacieron en cautiverio durante la dictadura”, añadió.
Integran el elenco Fernando Abadie, Javier Enciso, Andrea Quattrocchi, Claudia Scavone, Katia Acosta, Sandra Guillén, Luis Aguirre y Sary López. Con las participaciones de Rafael Alfaro, el chileno Eduardo Burlé (de “Violeta se fue a los cielos”), y el mexicano Ricardo Dalmacci (“Amores Perros” y “Dama y Obrera”). Durante cinco días, Encarnación alojó al equipo rodando en diferentes puntos, como el puente internacional San Roque González de Santa Cruz, la costanera de Encarnación, el Museo Hrisuk, el barrio Pacu Cuá, los puentes cercanos a la playa Mbói Ka’ẽ y la Prefectura Naval de la Armada.
El rodaje también abarcó locaciones pertenecientes a la ciudad de Ayolas (departamento de Misiones), como la represa de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). En tanto, en el departamento de Central, los directores optaron por los emblemáticos edificios de la Dirección Nacional de Correos del Paraguay y el Archivo Nacional. Además, la película tuvo escenas en los hoteles Factoría y Chaco. La ciudad francesa de París fue otra de las principales locaciones que tuvo este filme con su torre Eiffel y con siete días de trabajo.
Conocimiento y talento misionero
Juan Ferreira dio cuenta del nivel de recursos técnicos y humanos que hay en Misiones y destacó puntualmente la capacidad de los profesionales que se encuentran en el norte misionero, con experiencia en producciones a escala nacional y regional. “A partir de este trabajo se puede evidenciar el potencial y los recursos que tenemos y creo que podemos hacer aportes valiosos a próximos proyectos, sobre todo con Paraguay que está necesitando muchos roles técnicos y nosotros podemos brindar un complemento muy importante. Si bien están muy bien equipados, les faltan recursos humanos técnicos bien formados. Como Productora de la Tierra vimos el potencial que tenemos a la hora de hacer un aporte y entrar como socios a varios proyectos futuros”, recalcó.
Si bien dijo que “El supremo manuscrito” no tiene fecha de estreno en la Argentina, no obstante tienen proyectado hacer uno en Misiones y otro en Buenos Aires, “queremos apuntar un poco al público de raíces paraguayas de todas las edades, tanto en nuestra región como en Buenos Aires. Tenemos que pensar la estrategia de cómo dar esos estrenos, es un desafío que se nos viene por delante”, expresó.
Finalmente, el jefe de Producción consideró “lógico” que se sigan dando coproducciones tanto con Brasil como con Paraguay, “muchas familias misioneras son descendientes de paraguayos o de brasileños y creo que las historias que podemos contar siempre van a incluir a estos países. Es una realidad que no tenemos la necesidad de forzar una coproducción sino tenemos que ver que las coproducciones se den orgánicamente a partir de que ya hay un vínculo con muchos técnicos paraguayos que están viniendo a trabajar con nosotros o desde acá vamos a trabajar con ellos. Tenemos muchas más cosas en común de lo que creemos y por eso creo que tenemos que hacer más experiencias para que después las coproducciones vayan saliendo naturalmente”.